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La meditación y la salud cardiovascular: ¿mito o realidad?

  • ciguniandes
  • 16 sept 2019
  • 3 Min. de lectura

Con el aumento mundial de enfermedades cardiovasculares (ECV) y el impacto que estas tienen en las tasas de morbimortalidad, las organizaciones de salud han buscado formas para hacer a la población más sana. De esta forma, se han buscado nuevas intervenciones eficientes y costo efectivas que puedan contribuir a la prevención primaria y secundaria de ECV. Además, con el reciente auge del mindfulnessy su relación con la salud mental, han tomado más fuerza las prácticas de lameditación y yoga. Sin embargo, las anteriores han sido cuestionadas fuertemente por parte de la comunidad científica dada la limitada evidencia respecto a la realidad de sus efectos en la salud. El presente artículo tiene como objetivo explicar un poco cuáles son las bases fisiopatológicas de la meditación y si es cierto que se debe prescribir a todos los pacientes.


Los actuales estudios de meditación sugieren que efectivamente sí hay un posible beneficio de la meditación en cuanto la reducción del riesgo cardiovascular, aunque todavía no se ha establecido el porqué. Lo anterior se debe principalmente a la falta de estudios clínicos y que los existentes suelen ser de baja calidad [1,2]. Los resultados son discordantes y varían principalmente porque hay un seguimiento incompleto de los participantes, hay una falta de aleatorización y de estudios de tipo doble ciego. Asimismo, estos estudios no cuentan con grupos de control apropiados. Se debe tener en cuenta que los errores en los diseños son muy comunes, dado que es un reto crear un ensayo clínico con bajo riesgo de sesgos dadas las características de lo que se está estudiando [1,2].


En cuanto a las bases fisiológicas detrás de la meditación, hay teorías de que la meditación ayuda a disminuir los niveles de cortisol y epinefrina, lo cual a su vez disminuye el riesgo cardiovascular de los pacientes. Sin embargo, todavía no hay evidencia suficiente para confirmarlo [3]. A pesar de lo anterior, en la actualidad si hay suficiente evidencia para concluir que la meditación y el mindfulnesspueden mejorar algunos medidores de riesgo cardiovascular, tales como la hipertensión arterial, la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico y la ateroesclerosis subclínica entre otros [1]. Los pacientes por medio de estas prácticas, crean una mayor conciencia sobre cuáles son sus comportamientos de riesgo y activamente trabajan para mejorarlos. Entre los riesgos de ECV se incluyen el sedentarismo, exceso de comida, comida no saludable, falta de adherencia a medicamentos y tabaquismo, entre otros [4]. Lo anterior, por su parte, lleva a que los pacientes puedan visualizar los riesgos más claramente, crear disonancia cognitiva, promover la motivación propia e internalización de conductas de riesgo. Asimismo, la meditación conecta a los pacientes consigo mismos y ayuda a mejorar la salud mental.


A pesar que todavía no hay la suficiente evidencia clínica para tener total claridad de que estas prácticas funcionen fisiológicamente como se dice, si se deben prescribir a todos los pacientes (independientemente de su riesgo cardiovascular [3]. Además, estas son prácticas virtualmente inofensivas para los pacientes. Esperamos que con los años salgan en la literatura estudios más confiables, con diseños de mejor calidad. Finalmente, esto no impide la prescripción de la meditación y mindfulnessen pacientes que potencialmente se pueden beneficiar de ello, por lo cual se debería continuar haciendo.


Autor:Juliana Pérez Pinzón, Logística del Grupo de Interés en Cardiología de la Universidad de Los Andes, Estudiante de medicina de dicha universidad.

Editor: Daniela Peña Ramírez, presidenta del Grupo de Interés en Cardiología de la Universidad de Los Andes, Estudiante de medicina de dicha universidad.


Referencias:

1. Levine GN, Lange RA, Bairey-Merz CN, et al. Meditation and Cardiovascular Risk Reduction: A Scientific Statement From the American Heart Association. J Am Heart Assoc. 2017;6(10):e002218. Published 2017 Sep 28. doi:10.1161/JAHA.117.002218


2. Loucks EB, Schuman-Olivier Z, Britton WB, et al. Mindfulness and Cardiovascular Disease Risk: State of the Evidence, Plausible Mechanisms, and Theoretical Framework. Curr Cardiol Rep. 2015;17(12):112. doi:10.1007/s11886-015-0668-7


3. Meditation. National Center for Complementary and Integrative Health. National Institute of Health. 2016. Available at: https://nccih.nih.gov/health/meditation?nav=govd.


4. Davis JM, Manley AR, Goldberg SB, Smith SS, Jorenby DE. Randomized trial comparing mindfulness training for smokers to a matched control. J Subst Abuse Treat. 2014; 47:213–221.



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